Final predecible para un hombre como él -pensé mientras caminaba sin rumbo por la carretera, después de observar su cuerpo sin vida-, pero él eligió vivir así, y si su vida estuvo plagada de riesgos ya es tarde para que dé marcha atrás. Al menos todo lo que hizo, lo hizo por convicción y si existe una vida después de ésta, será él quien responda por sus decisiones y no por lo que otros decidieron por él. Es extraño, recuerdo que solía comparar la vida con un automovil y que cada uno era dueño de conducirla cómo le diera la gana, pero olvidó que, en algún momento, la vida lo guiaría dentro de un túnel oscuro y sin retorno.
-Cuidado -gritó el conductor de un camión, frenando de golpe.
Final predecible para un hombre como él -pensé mientras caminaba sin rumbo por la carretera, después de observar su cuerpo sin vida-. Es injusto, él no eligió vivir así y si su vida estuvo plagada de riesgos fue por mi culpa. Nada de lo que hizo, lo hizo por convicción y si existe una vida después de ésta, seré yo quien responda por sus decisiones, ya que él nunca supo decidir por sí mismo. Es extraño, recuerdo que solía comparar la vida con un automovil y que cada uno era dueño de conducirla cómo le diera la gana; sin embargo, él jamás hizo lo que quiso. Mejor la hubiera comparado con un hombre que camina buscando su rumbo.
-Cuidado -gritó el conductor de una motocicleta, frenando de golpe.
Final predecible para un hombre como yo -pensé mientras caminaba sin rumbo por la carretera, después de observar mi cuerpo sin vida-. Yo elegí vivir así y si mi vida estuvo plagada de riesgos, ya es tarde para ponerle freno a mis decisiones. Al menos, todo lo que hice, lo hice por convicción y si existe una vida después de ésta, seré yo quien responda por mis decisiones y no por lo que otros me dijeron que decidiera. Es extraño, recuerdo que solía comparar la vida con un automovil y que cada uno era dueño de conducirla cómo le diera la gana, pero nunca tuve la osadía de admitir que era una analogía prosaica y hedonista. ¿Estaré aún a tiempo de cambiarla?
-Cuidado -gritó el conductor de un auto compacto, esquivando a un camión, que, para no arrollar a una moto, frenó de golpe.
Final impredecible, ¡mi grito acaba de cambiar mi destino! -pensé, al borde de la euforia, mientras señalizaba para sobrepasar al camión y observaba las osadas piruetas del motociclista por el espejo retrovisor-. Sí, la vida es caótica y está plagada de riesgos, pero nunca es tarde para frenar a tiempo y modificarla. Es extraño, ahora siento que existe no solo una, sino muchas vidas después o paralelas a ésta, y si tuviera que compararla, lo haría con una mariposa… que con un simple aleteo, puede cambiar al mundo.
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