Ni una más, ni una menos

img_20161031_011227

El Yin y el Yang es un principio de la filosofía china, representado por un círculo dividido en dos mitades distintas, una blanca y una negra, como símbolo de las dos fuerzas opuestas presentes en cada persona y de la dualidad de todo lo que existe en el universo. Ambas fuerzas, femenina y masculina, se complementan y tienen los mismos derechos, ninguna debe ejercer violencia contra la otra, maltratos físicos ni psicológicos, ni debe poner en riesgo la vida de la otra, porque la existancia de una, depende de la existencia de la otra y el exceso o la carencia de una de estas dos fuerzas, termina en catástrofe.

img_20161030_222148

 

¡No más femicidios, discriminación, ni ningún tipo de violencia de género!

 

 

El sepulturero

cemetery-395953_640_1477770395026

Mientras me sepulta, siento sus ojos clavados en mí, como si fuesen un par de estacas ansiosas por atravesar mi corazón y una vez más, debo soportar que me imponga el lastre de su indiferencia y que mi suplicio sea el motivo de su victoria. Maldito sepulturero, hasta el témpano más frío es cálido comparado con él y hasta el peñasco más duro, es suave y comprensivo, sepan que es más fácil trabar conversación con una piedra que con él, siempre mudo, siempre parco, que aunque me concediera el favor de dormir para perderme en mis sueños, recorrer ciudades, caminar sobre las nubes, volar, reír, subir a la cima de una montaña o incluso bajar al mismísimo infierno, no dejaría de quitarme los ojos de encima, que siempre fueron tras de mí, calculando mis pasos para borrar mis huellas, silencioso y oscuro como una sombra y urdiendo cavar la fosa en la que logró enterrarme. Ya mi suerte está echada, pero si por el segmento de un segundo, él me mirara con ternura y me hablara, tal vez, hasta besaría sus manos para agradecérselo, pero como eso no sucederá, mi consuelo es que cada día, es un día menos para dejar de ser una muerta en vida y mientras él lanza el último puñado de tierra, clavo mis ojos en él como una estaca, ansiosa por atravesar su corazón y luego, sin dejar rastros de mi vida, él, mi maldito sepulturero, que nació para ser mi triste destino, inmutable, deja de sostener su pala, escupe sobre mi tumba y sonríe.

Premios

sunshine-blogger-award1.jpg
El Sunshine Blogger Award me lo hizo llegar Lidia Castro y su blog MIS HISTORIAS Y OTROS DEVANEOS, un blog que brilla por su presentación y su contenido y que recomiendo seguir, a ojos cerrados. Lidia, es una gran compañera de ruta y junto con darle las gracias, responderé a las preguntas que me dejó como tarea:

¿Ha sido detenida por un policía? Hasta la fecha, por ninguno. ¿Conoce su patrimonio? Rapa Nui, las iglesias de Chiloé, el barrio histórico de la ciudad portuaria de Valparaíso, las oficinas salitreras de Humberstone, Santa Laura y la ciudad minera de Sewell. Lo que siempre ha querido, ¿Alguna vez lo consiguió? Sí, más de una vez he logrado conseguir lo que quiero, pero no por una cuestión de suerte, sino por mi propia determinación para lograrlo.¿Mientes? Siempre.¿Cuál fue la última mentira que dijo? Responder que miento, porque detesto las mentiras, incluso las del tipo «piadosas».¿Alguna vez ha bailado bajo la lluvia? Bailar no, pero he caminado muchas veces bajo la lluvia, y me agrada sentir las gotas de lluvia sobre mí (como la canción)¿Alguna vez ha estado en un accidente de coche? No, afortunadamente, no y espero no estarlo. ¿El mejor cumplido que ha recibido?. Fue uno que recibí recientemente y es que soy una persona de aspecto frágil, pero fuerte de espíritu y valiente. ¿Cuál es su mayor fortaleza o debilidad? Mi mayor fortaleza y mi mayor debilidad: mi carácter. ¿Cuáles fueron sus primeros pensamientos cuando se despertó esta mañana? Ánimo, si todo sale bien, mañana me quitarán el yeso.
Mis 15 nominados son:
Paula de Grei
Silviasalafranca
El blog de Fabio
Junior
Poetas Nuevos
Iluistiana
Acariciame
Gloriaarmit
Bendita Locura
La estaca clavada
Cafés para el alma
Gustavo Beuret
El Desgranante
Lo mejor está por caer
El templo de Salomón

Tómense el tiempo que puedan o quieran, para aceptar este premio, responder a las preguntas y nominar a otros 15 blogs. En mi caso, Lidia me tuvo una paciencia de santa, ya que me demoré en hacerlo.

Finalmente, de los excelentes blogs:
Silviasalafranca, El blog de Fabio y Gustavo Beuret, tuve el honor de recibir tres Recognition Award.
Acá, no nominaré a nadie, porque considero que much@s son merecedores de este premio y a todos ell@s, les doy las gracias y mis felicitaciones.
2016-10-24_03-26-35_1_1477290400950.jpg

Gotas de lluvia

Tal vez, algunos de ustedes estén al tanto de que estoy enyesada, pero como mañana es posible que me retiren el dichoso yeso, si todo va bien, a parte de la terapia que tendré que realizar para recuperar la movilidad de mi mano y muñeca, para calmarme, porque admito sentirme levemente nerviosa, compartiré con ustedes un extracto de una canción que me identifica. Se llama, Raindrops keep falling on my head, pertenece a la banda sonora del film Butch Cassidy and the Sundance kid y posteriormente, a Spiderman, un superhéroe cuya verdadera identidad es Peter Parker y al que le tomé simpatía, cuando fue interpretado por Tobey Maguire.

reflejossoɾәlɟәɹ

“El reflejo del mundo en un espejo, equivale a dos mundos, que separados por un cristal se observan mutuamente”.

imagenes-del-mundo-1_1476975601862_1476976149804.jpg

Los que vivimos en el lado del espejo, en donde todo es sincero, en donde se evoca el futuro y se desconoce el pasado, en donde cada final es un inicio, en donde se duerme de día para despertar de noche, soñando que soñamos, ajenos a las horas que marcan nuestros relojes que siempre giran sus agujas de izquierda a derecha y en donde todo lo que se refleja es el alma y no el aspecto, cansados de nuestra rutina, decidimos visitar a los que viven al otro lado del espejo, en donde se evoca el pasado y se desconoce el futuro, en donde un final es solo un final, en donde se duerme de noche para despertar de día, sin tiempo para soñar, apremiados por las horas que marcan sus relojes que siempre giran sus agujas de derecha a izquierda y en donde todo lo que se refleja es el aspecto, cansados de su rutina y ansiando la nuestra, regresamos a nuestro mundo, en el cuál, no son ellos los que se observan en nosotros, sino nosotros los que los observamos a ellos y en donde su aspecto, es el aspecto de sus almas, almas reflejadas en los vivimos en el lado del espejo, en donde todo es sincero.

 

64=armonía

img_20161021_181317

En este instante estoy en medio de una partida de ajedrez y estoy tan cansado, que a duras penas consigo recordar que mi nombre es Yin, cómo debo mover cada pieza, que el tablero consta de 64 casillas y que el ajedrez se juega entre dos personas, de la cuales yo soy una de ellas. El resto de mi vida, al igual que el color de mis piezas, está en blanco, porque, salvo este momento, nada existe para mí, y algo tan simple como esperar mi turno para ejecutar mi jugada, es un tormento. No sé si soy un principiante o un experto, ni por qué estoy acá, luchando por concentrarme en dar un jaque mate que no me interesa, pero que, por algún motivo, mientras observo a mi adversaria, deseo lograr. Es irónico, ambos somos tan contrastantes como nuestras respectivas piezas y mientras ella juega con las negras y disfruta con esta parafernalia, yo, como ya lo mencioné, juego con las blancas y detesto la pasiva complejidad que implica el ajedrez. Preferiría ser simple, lanzar los dados y depender de mi buena o mala suerte, en lugar de depender de la suma de mis acciones.

—Es tu turno —dice mi adversaria.

Despabilándome y ansioso por terminar la partida de una vez por todas, me concentro en el tablero y muevo con precisión y estrategia matemática.

—Jaque —dice mi adversaria.

Plenamente despabilado y ansioso por un tiempo extra, intento salir del jaque y muevo con desesperación y sin estrategia matemática.

—Mate —exclama mi adversaria y triunfante, en una clara demostración de afecto, se levanta y me extiende su mano.

Molesto por haber resistido una eternidad atado a una silla, solo para perder y darle la victoria a una total desconocida, para demostrar mi alta tolerancia a la frustración contengo mis ganas de patear la mesa, gruñir, gritar a todo pulmón y, poniéndome de pie, estrecho la mano que me extiende.

—Felicitaciones, eres una gran oponente —le digo con indiferencia, intentando zafarme de ella.

—Soy tu opuesto, no tu oponente —me corrige.

Con las manos entrelazadas, nos miramos fijamente.

—No logro recordar tu nombre… —murmuro confuso.

—No me sorprende -contesta-, cada vez que uno de los dos se toma la atribución de partir, sin consultarle al otro, olvida con quién se enfrenta y rompe la armonía, pero cada vez que tú y yo nos complementamos, al igual que el blanco y el negro de las 64 casillas del tablero, recordamos que nuestros nombres están unidos y no desatamos un caos. ¿O ya olvidaste que si tú eres Yin yo soy Yang, y que ambos somos parte de la misma persona?