Cartas y Tintas

d9f486a63e7498682b77845b029b6c3e_1482346073773

Una carta es una misiva cuya extensión varía según la persona que la escribe. Esta persona, que recibe el nombre de emisor, puede optar por escribirla como le dé la reverenda gana, utilizando cualquier tipo de papel y, generalmente, haciendo uso del primer lápiz que encuentra a mano. Si es zurdo, procederá a escribir con su mano izquierda y si es diestro, procederá a escribir con su mano derecha. En caso de ser ambidiestro, el emisor procederá a escribir, ya sea con la izquierda o con la derecha o alternando ambas manos.

Ahora bien, existen cartas escritas por personas que no se limitan a ser simples emisores, ya que eligen el tipo de papel que emplearán y no utilizan el primer lápiz que encontraron a mano, sino un lápiz especial que los identifica y los personifica por diversos factores, como por ejemplo, el color de la tinta.

Tonos cálidos

Rojo-Naranja-Amarillo

Tonos fríos

Verde-Azul-Violeta

El espectro del color es muchísimo más amplio, pero visto a grosso modo, los tonos cálidos producen exaltación y los fríos, serenidad. Aplicando dicho concepto en los diversos tipos de tintas existentes, el resultado obtenido es el siguiente:

Tinta Azul:

Inteligencia, calma, lealtad, confianza, sinceridad.

Tinta Negra:

Formalidad, misterio, poder, elegancia, prestigio, seriedad.

Tinta Roja:

Dado que se asocia al fuego y a la sangre, el rojo involucra enojo, peligro, maldad, pasión.

Tinta Verde:

Armonía, crecimiento, estabilidad, resiliencia, creatividad.

Si a todo lo anterior sumamos el tipo de letra del emisor y lo que desea expresarle a su futuro receptor, tendremos por resultado, más que a una carta, un retrato.